jueves, 22 de septiembre de 2016

POINTS OF YOU y “The Coaching Game”, una forma lúdica de profundizar en ti mismo (a).



POINTS OF YOU (POY) con sus herramientas “The Coaching Game” y “Punctum”, ha conquistado a muchas personas en el mundo por la fuerza y el poder que éstas tienen para conectarnos y profundizar en temáticas determinantes de nuestra vida tanto a nivel personal, grupal u organizacional. Más de 1.000.000 de personas en el mundo ya se han encantado con estas herramientas y el número sigue creciendo….Han podido experimentar su poder de reflexión y de apertura a nuevas miradas a la que nos invitan, desde la experiencia del juego lúdico e inspirador.
Las herramientas POY integran la fuerza de la imagen con la de la palabra, sorprendiéndonos, provocándonos e inspirándonos, uniendo lo racional y lógico con lo emocional, en un ambiente lúdico, motivante y entretenido. Nos ayudan a liberar nuestros patrones de pensamiento habitual, abriéndonos a nuevos puntos de vista, y expandiendo nuestras posibilidades para liberarnos de creencias y descubrir nuevas miradas, facilitando el cambio y la trasformación. POY nos abre a lo inesperado, pero preciso.
Las herramientas Points of You están diseñadas en base a ciertos valores que sustentan el trabajo que se hace con ellas:

La búsqueda interna: este es un enfoque que deberíamos tener en todo lo que hacemos en nuestra vida. ¿Cómo estoy?, ¿Cómo me siento?, estar en el aquí y ahora, completamente presentes y alertas con la vida que transcurre a través nuestro, expandiéndonos y ampliando nuestro campo de visión, lo que nos permite ver lo ilimitado de la vida si estamos dispuestos a mirar. POY es una invitación a la mirada interior, a la pausa, a mirar, explorar y sentir.

Inesperados, pero precisos: muchas cosas que nos pasan en la vida son inesperadas, pero muchas veces cuando somos capaces de leer el mensaje que viene oculto, su precisión es tal, que puede dar un giro a nuestra vida. POY sorprende con lo inesperado y a través de ello nos entrega un mensaje preciso.

Soñar: la capacidad de soñar nos lleva a donde queremos llegar. Un sueño traducido en una visión y en un mapa de ruta, es una fuente de energía, inspiración, pasión y ambición.

Devoción: es la capacidad de entregarse al otro y de trabajar juntos de forma auténtica, sin máscaras. Cuando logramos cercanía y un sentido de pertenencia, resulta más fácil movernos juntos hacia los mismos objetivos.

“Tachles”: quiere decir traducir en acciones, traducir en objetivos, tareas y acciones nuestros profundos sueños para que se hagan realidad.

La invitación es a abrir nuestras miradas y puntos de vistas que nos permita ampliar visiones, encontrar respuestas que podían parecernos imposibles y darle un nuevo rumbo a temas que pueden estar siendo limitantes o restrictivos para las posibilidades de desarrollo y expansión. Muchas veces la capacidad de abrir nuestra mente y sobretodo el corazón, nos permite ser dueños de nuestro futuro y renunciar a ser esclavos del pasado; eso es posible, pero es una decisión consciente.

Los Encuentros Experienciales son instancias de reunión en torno a “The Coaching Game” y “Punctum”, las principales herramientas POY para profundizar en un tema común para todos, de impacto en nuestras vidas o en una organización, compartiendo con otros nuestras vivencias y experiencias a través del juego con tarjetas con imágenes y palabras que nos permiten conectar desde la emoción y la razón, uniendo la fuerza de nuestros hemisferios cerebrales, en un ambiente lúdico, inspirador y desafiante, dando espacio a la Pausa, a conectar con el aquí y ahora y tomar conciencia del momento presente y de la energía de vida que fluye por nosotros.


Te invito a vivir un Encuentro Experiencial para profundizar sobre la visión de nosotros mismos, un aspecto crucial en la configuración de nuestra AUTOESTIMA, un aspecto de nosotros mismos clave para nuestra salud psicológica y nuestra capacidad de ser felices y plenos.
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Fotografía de Ciszí Verá. 

jueves, 8 de septiembre de 2016

MINDFULNESS, UNA DISCIPLINA PARA LA VIDA CONSCIENTE


MINDFULNESS, UNA DISCIPLINA PARA LA VIDA CONSCIENTE



Mindfulness más que una técnica o una herramienta de meditación, relajación o de reducción de estrés, es una disciplina, una forma de vida que apunta a vivir una vida consciente, con plena atención de nosotros mismos, los demás y el mundo. Vivir una vida consciente implica darnos cuenta de que somos más que lo que creemos ser, significa reconocer la existencia de nuestra sabiduría interior a la cual podemos acceder desde la calma y el silencio y no desde el ruido, la agitación y el apuro en el cual solemos desarrollar nuestras vidas.

Mindfulness es una disciplina que nos invita a la autobservación de nuestra mente y cuerpo y a reconocer todo lo que hay en ella. Su práctica no busca que alcancemos nada especial, no pretende que vayamos a ninguna parte, sólo busca que desarrollemos la capacidad de observar la mente, reconocer lo que la habita, sus pensamientos, hábitos y condicionamientos y, desde ahí, aprender a mirar lo que pasa en nuestra vida diaria.  Mindfulness nos hace guardianes de nuestra mente, conscientes de nuestra respiración, sin generar una lucha interna, sólo observando la presencia de lo que hay en ella, sin juicio, desapasionadamente, dejando que fluya, sin pretender cambiarla, forzarla o exigirla, simplemente observándola. Cuando nos surge una sensación o un pensamiento no lo rechazamos, la idea no es alejarlo, evitarlo, preocuparse, ni dejar que nos asuste; sólo reconocer su presencia y dejarlo partir. A medida que tomamos consciencia de lo que hay en nuestra mente, aprendemos a conocerla y podemos comenzar a desidentificarnos de ella, reconociendo que somos más que los pensamientos, juicios, raciocinios y lógicas que la habitan, más que la agitación propia de su naturaleza, que es saltar de una idea a otra, de un pensamiento a otro, retrocediendo hacia el pasado o proyectándose hacia un futuro aún inexistente. 

Sólo observando sin juicio vamos “desempoderando” a la mente de su capacidad de controlarnos desde el condicionamiento, los prejuicios y su hábito de escapar del momento presente. La capacidad de auto-observación continua de nuestra mente la lleva naturalmente a un estado de calma, sin forzarla, a un silencio que surge de sí misma, como resultado de nuestra capacidad de ver y de reconocer lo que la constituye, cómo opera y por qué lo hace. En el proceso de “una mente que se mira a sí misma”, se va generando un mundo interno más calmo y silencioso que se traduce en acciones y decisiones más conscientes y sabias.

Cuando vivimos con una mente que no conocemos ni observamos, funcionamos desde un piloto automático inconsciente, dirigido por nuestras creencias limitantes y los modelos mentales que hemos construido y desde ahí tomamos decisiones, las que muchas veces nos lleva a limitar y restringir nuestras posibilidades y visiones. Abrirnos a la respiración consciente y a la atención plena, nos abre a nuevas posibilidades, a nuevas visiones, miradas y nuevas decisiones.

A través de esta disciplina, desarrollando la capacidad de seguir nuestra respiración, voy aumentando el poder de concentración, aquietando la mente, favoreciendo la calma interior y la serenidad, lo que ayuda a disminuir la ansiedad, el estrés, aumentando el descanso. Hablar de Mindfulness es hablar de respiración consciente, porque la herramienta para anclarnos en el momento presente y desarrollar la atención plena, es la atención en nuestra respiración, que conecta cuerpo y mente. La atención en la respiración nos ayuda a que la mente no se distraiga divagando, especulando, soñando, anticipando, esperando, etc. Desarrollar la capacidad de anclarnos en el momento presente a través de la respiración, nos permite mantener un estado consciente y sereno aún en circunstancias difíciles y nos ayuda a evitar ser arrastrados a un caos emocional por la inestabilidad de una mente que salta de un lado a otro y que a veces nos lleva a dejarnos dominar por emociones disruptivas (ira, miedo, ansiedad, angustia, confusión).

Cuando no vivimos conscientes, estamos divididos, disociados y nuestro cuerpo, mente y emoción no se reconocen como parte de una unidad, de un ser integral. No nos reconocemos en lo que hacemos; el exterior y el interior pareciera que no estuvieran conectados. El HACER pasa a ser distinto del SER; no me reconozco en lo que hago, mi mente corre por un lado y mi SER por otro, el tiempo se divide en infinidad de partes, no reconozco como “mi tiempo” el dedicado a otros y siempre siento que no tengo tiempo para mí; todo lo que hago es tiempo para otros y me agoto y desgasto. Es como si el tiempo dedicado al trabajo, a la familia, a los hijos, a la resolución de problemas, a las labores domésticas, etc, no fuera tiempo mío, fuera algo ajeno a mí; lo veo como esfuerzo, no lo disfruto, a veces no es placentero. ¿Por qué vivimos siempre sintiendo que no tenemos tiempo para nosotros, como si “el que hace lo que hace”, fuera alguien distinto a mí?  Eso es así, porque la mayor parte de nuestro tiempo no lo vivimos consciente de nosotros mismos, en unión con quienes somos, en interdependencia con todo lo que nos rodea, con consciencia de nuestro cuerpo, sensaciones o emociones; lo vivimos como autómatas, en piloto automático, disgregados de nuestro SER y esencia, como si lo que hacemos fuera una obligación ajena a quienes somos.

Cuando aprendo a hacer todo lo que hago en forma consciente, unido a través de la respiración con todo lo que me rodea, me descubro en lo que hago, estoy consciente de mis pensamientos, sensaciones y percepciones, me descubro en la quietud y la paz, soy yo mismo en todo lo que hago y todo ese tiempo me pertenece; el tiempo en realidad es todo mío y aprendo a hacer todo desde el disfrutar, desde el SER, desde el sentir la corriente de vida que habita en mí. El HACER y el SER se funden y encuentro mi lugar de paz, serenidad, de centro, aún en el agitado mundo, sin dejarme llevar por la agitación y confusión de una mente dispersa. Reconozco que soy más que mi mente y puedo gobernarla, llevándola al momento presente.

El monje budista Thich Naht Hanh habla del milagro del Mindfulness, porque podemos hacer milagros en nuestra vida haciéndonos conscientes de lo que hacemos en cada momento; la más pequeña acción que normalmente nos parece insignificante, improductiva, aburrida y una carga que debemos de llevar, como puede ser lavar, sacar la basura, hacer el aseo o planchar, o hacer aburridas planillas Excel en la oficina, revisar altos de documentos o servir café, puede transformarse en una profunda expresión de la corriente de la vida que soy, si la hacemos en atención plena, conscientes de nuestra respiración y de nuestro cuerpo, como parte de la expresión de mi SER, y expresión del milagro del que formamos parte. Todos somos SER, hagamos lo que hagamos, el milagro está ahí, las buenas o malas decisiones se reflejan en lo que hacemos con nuestro SER y la peor es vivir sin tener conciencia del regalo que nos fue dado, pensando que el HACER es el fin y no el medio para experimentar la vida que nos fue entregada.

Cuando no vivimos en atención plena, nos dejamos arrastrar por la incertidumbre y los miedos de un futuro que aún no llega o quedamos atrapados en las angustias, dolores y culpas de un pasado que ya fue. Somos incapaces de vivir y disfrutar un presente en su plenitud, terminando por replicar el angustioso pasado en el futuro que queríamos evitar, viviendo ya en el presente las angustias de un futuro que aún no es. El resultado no es obra del destino, no era algo ineludible, todo era posible de cambiar, pero nuestra mente nos llevó a hacer real un futuro que pudimos evitar si hubiésemos actuado desde la calma y serenidad de una mente consciente, que toma decisiones reflexivas, calmadas y sabias, muy distinto a lo que hace una mente confusa, agitada y en constante angustia, que sólo sabe replicar lo que ha vivido hasta ese momento.

El mejor futuro que podemos crear no es el resultado de la presión, apuro, ansiedad y el cúmulo de expectativas que inundan nuestra mente, sino que es aquél que es resultado de la suma de momentos presentes vividos en plena conciencia y atención. Desde un corazón en calma y una mente serena siempre seremos capaces de construir un futuro sustentable, a diferencia del resultado que muchas veces obtenemos de aquello construido y creado desde la angustia, el estrés, la ansiedad y una gran cuota de miedo.

La sabiduría está en cada uno de nosotros, reside en la profundidad de nuestro SER al que podemos acceder cuando aprendemos a despejar los caminos que nos llevan a él, muchas veces trabados, cortados, bloqueados, escondidos o perdidos en el ruido y la agitación de una mente desbocada y no trabajada.

La atención plena nos lleva a la claridad mental, a un corazón sereno, al autodominio, a tomar decisiones dueños de nosotros mismos, en plenitud. La atención plena es el milagro que permite en un instante unir todas las partes disgregadas de mi mente y de mi SER y recuperar la plenitud para vivir en el hoy, en el ahora, único momento real que tenemos para ser, experimentar, crear y construir futuro.

Los beneficios de esta disciplina, como cualquier disciplina, son alcanzables a través de la práctica y regularidad; nuestra mente es moldeable, responde al aprendizaje, pero eso requiere de esfuerzo, práctica, motivación y dedicación y los resultados ahí pueden ser sorprendentes.


Hazte parte del milagro del Mindfulness y une las partes disgregadas de ti!!!