lunes, 4 de abril de 2016

DESPERTANDO TU PODER INTERIOR




¿Quiénes somos?, la obviedad de esta pregunta muchas veces nos sorprende con la dificultad de la respuesta. Tendemos a responder describiendo nuestros roles, profesión, estado civil, hijos, y quizás con mayor profundidad, nuestra visión de la vida y nuestra opinión respecto a ciertos temas. Darnos cuenta de que somos mucho más de lo que creemos ser puede ser toda una sorpresa; hay una inmensidad en mí que no estoy manifestando por falta de conciencia y por no saber cómo hacerlo.

Descubrir quién realmente soy, es sin duda la travesía más desafiante y trascendental de nuestra vida, ilimitada en su extensión y en los descubrimientos que nos regala. Nos permite ampliar la visión de la infinita dimensión de nuestra naturaleza. Partir la travesía requiere tomar conciencia de la responsabilidad que nos cabe en la realidad que construimos, resultado del conjunto de ideas, juicios, creencias, significados y sentimientos con que nos movemos en la vida, los que se transforman en respuestas y programaciones automáticas con las que funcionamos y actuamos, juzgamos y hasta sentimos.

Estas respuestas y  programaciones van determinando la visión que tenemos de nosotros mismos y la imagen que el resto tiene de mí.  Nuestra visión de nosotros mismos normalmente la construimos en base al resultado que obtenemos de nuestras acciones, y dependiendo de ello nos llenamos de etiquetas, muchas de las cuales tienden a cerrar caminos en vez de abrir posibilidades. Nuestra identidad queda definida por roles, experiencias, emociones, juicios, miedos, expectativas, ilusiones que nos habitan. Muchas veces no somos conscientes ni de cómo se originaron ni de qué representan, quedaron grabadas en nuestro cerebro normalmente en etapas muy tempranas de nuestro desarrollo y las hemos dado por válidas sin revisarlas o cuestionarlas, ya son parte nuestra, de nuestro inconsciente y pasan a ser “un dato de la causa”, en base al cual creamos la realidad. La travesía hacia quién soy parte al darme cuenta de que la visión y el conocimiento que tengo de mí puedo modificarlo, revisando los juicios o creencias con que me muevo en la vida, permitiendo que aspectos y territorios desconocidos de mí mismo cobren vida y manifestación.

El poco conocimiento y conciencia de quienes somos nos lleva a vivir la vida desde una mirada muy sustentada en lo externo, en lo que los otros ven y juzgan de mí. ¿Nos hemos preguntado qué es en realidad para nosotros la VIDA?, ¿la vivimos realmente en la plenitud que nos ofrece?. Cualquiera sea la creencia o la mirada con que lo analicemos, sin duda la VIDA es un misterio y es un milagro, pero que rápidamente encuadramos en una estructura social y cultural que la limita a un conjunto de creencias, exigencias, normas, juicios, expectativas, roles, etc, que restringe la capacidad de descubrir toda la inmensidad que habita en el SER que somos. 

En alguna medida todo el potencial y la inmensidad que traemos al nacer se “robotiza” a través de patrones culturales, sociales, políticos, históricos, religiosos, etc, incorporados en nuestro cerebro cual software de una computadora, que nos dice lo bueno, lo malo, lo que debemos ser, qué hacer, qué me lleva al éxito, qué es aceptable socialmente, etc, muchos de ellos absolutamente necesarios para el proceso de socialización y vida en comunidad, pero que ante la ausencia de hábitos y cultura de reflexión e introspección, de valoración al cultivo de una vida interior, nos lleva muchas veces a construir una vida de acuerdo a los patrones de moda, pero que poco responde a las potencialidades verdaderas de mi SER y a las propias necesidades de mi alma. 

Las necesidades no satisfechas de nuestra alma están detrás de mucha de la insatisfacción, depresión, falta de sentido, estrés, vacío, que llenan muchas calles del mundo, para lo cual se ha desarrollado un rentable negocio de paliativos, drogas, remedios, alcohol, consumismo, tecnología, que nos aleja cada vez mas de quienes somos, construyendo una nube espesa que cada vez aleja más la posibilidad de ver la luz que brilla en el fondo de mi corazón, gritando, quiero VIVIR!!!

¿Quién quiere vivir?, el alma que habita en mí, que desea manifestar la plenitud y toda la potencialidad de quien es. ¿Cómo respondo a esa necesidad?, ¿cómo la llevo  a la vida concreta, al día a día que vivimos en el mundo de hoy? Simplemente tomando conciencia de qué es lo que hay detrás de las acciones y decisiones que tomo en la vida, cómo estoy interpretando el mundo que me rodea, con qué juicios me muevo en la vida, ¿me aportan al crecimiento, a la exploración, evolución, a la transformación? o ¿me limitan a una mínima expresión de la real potencialidad que tengo?. Cuántos NO PUEDO, NO SIRVO, NO ME ATREVO, NO SOY BUENO, YA ESTOY VIEJO, etc,  limitan las posibilidades de abrirme a nuevas experiencias, descubrir un mundo de posibilidades, y me quedo encadenado a una rutina, a una falta de entusiasmo y de sentido, por un NO PUEDO, sin siquiera haberme atrevido a probar y……… ¿si pudiera?

Hay un poder dentro de cada uno, un poder interior que está mucho más cerca de quienes somos, que el simple rol con que nos movemos en la vida. Cuando tomamos conciencia de ese poder interior nos hacemos responsables de la vida que creamos y de la libertad de elegir que tenemos. Esa creación no se hace a través de sueños, se hace a través de las acciones y decisiones que tomamos en la vida. ¿No es hora de hacernos responsable de lo que pienso, de los juicios y de las emociones que me habitan, elegidas libremente por mí? Nuestra emoción es parte crucial del mundo que creamos y no hacernos responsables de su gestión es una expresión de inconsecuencia e irresponsabilidad importante respecto a la realidad que queremos, al deseo de ser feliz y el poder crear un mundo mejor para mí y los demás.

El avance de la neurociencia, la investigación, la psicología positiva, la espiritualidad, nos  aportan hoy día mucho conocimiento, técnicas, herramientas, que nos ayudan a ir conectando con este Poder Interior, pero depende de nosotros ir hacia allá y dejar de elegir el camino del reclamo, la queja, el resentimiento, la resignación, la victimización, la culpa, el pobrecito de mí, y dar pasos responsables y concretos para alcanzar nuestra felicidad y aportar a la de los demás.

Te invito a ser parte de aquellos que creemos y queremos aportar a un mundo distinto descubriendo nuestro Poder Interior y haciéndonos responsables de la realidad que creamos.

VIVIANA FUICA
Socia de “Puerta51Consultoría Estratégica”, Coach Certificada, Diplomada en Psicología Positiva, Facilitadora Certificada en la Metodología LEGO® SERIOUS PLAY®, Ingeniero Comercial UC.