¿Quiénes
somos?, la obviedad de esta pregunta muchas veces nos sorprende con la
dificultad de la respuesta. Tendemos a responder describiendo nuestros roles,
profesión, estado civil, hijos, y quizás con mayor profundidad, nuestra visión
de la vida y nuestra opinión respecto a ciertos temas. Darnos cuenta de que
somos mucho más de lo que creemos ser puede ser toda una sorpresa; hay una
inmensidad en mí que no estoy manifestando por falta de conciencia y por no
saber cómo hacerlo.
Descubrir
quién realmente soy, es sin duda la travesía más desafiante y trascendental de
nuestra vida, ilimitada en su extensión y en los descubrimientos que nos regala.
Nos permite ampliar la visión de la infinita dimensión de nuestra naturaleza. Partir
la travesía requiere tomar conciencia de la responsabilidad que nos cabe en la realidad
que construimos, resultado del conjunto de ideas, juicios, creencias,
significados y sentimientos con que nos movemos en la vida, los que se
transforman en respuestas y programaciones automáticas con las que funcionamos
y actuamos, juzgamos y hasta sentimos.
Estas
respuestas y programaciones van
determinando la visión que tenemos de nosotros mismos y la imagen que el resto
tiene de mí. Nuestra visión de nosotros
mismos normalmente la construimos en base al resultado que obtenemos de
nuestras acciones, y dependiendo de ello nos llenamos de etiquetas, muchas de
las cuales tienden a cerrar caminos en vez de abrir posibilidades. Nuestra
identidad queda definida por roles, experiencias, emociones, juicios, miedos, expectativas,
ilusiones que nos habitan. Muchas veces no somos conscientes ni de cómo se
originaron ni de qué representan, quedaron grabadas en nuestro cerebro
normalmente en etapas muy tempranas de nuestro desarrollo y las hemos dado por
válidas sin revisarlas o cuestionarlas, ya son parte nuestra, de nuestro inconsciente
y pasan a ser “un dato de la causa”, en base al cual creamos la realidad. La travesía
hacia quién soy parte al darme cuenta de que la visión y el conocimiento que
tengo de mí puedo modificarlo, revisando los juicios o creencias con que me
muevo en la vida, permitiendo que aspectos y territorios desconocidos de mí
mismo cobren vida y manifestación.
El
poco conocimiento y conciencia de quienes somos nos lleva a vivir la vida desde
una mirada muy sustentada en lo externo, en lo que los otros ven y juzgan de mí.
¿Nos hemos preguntado qué es en realidad para nosotros la VIDA?, ¿la vivimos
realmente en la plenitud que nos ofrece?. Cualquiera sea la creencia o la
mirada con que lo analicemos, sin duda la VIDA es un misterio y es un milagro,
pero que rápidamente encuadramos en una estructura social y cultural que la
limita a un conjunto de creencias, exigencias, normas, juicios, expectativas,
roles, etc, que restringe la capacidad de descubrir toda la inmensidad que habita
en el SER que somos.
En alguna medida todo el potencial y la inmensidad que
traemos al nacer se “robotiza” a través de patrones culturales, sociales, políticos,
históricos, religiosos, etc, incorporados en nuestro cerebro cual software de una
computadora, que nos dice lo bueno, lo malo, lo que debemos ser, qué hacer, qué
me lleva al éxito, qué es aceptable socialmente, etc, muchos de ellos absolutamente
necesarios para el proceso de socialización y vida en comunidad, pero que ante
la ausencia de hábitos y cultura de reflexión e introspección, de valoración al
cultivo de una vida interior, nos lleva muchas veces a construir una vida de
acuerdo a los patrones de moda, pero que poco responde a las potencialidades
verdaderas de mi SER y a las propias necesidades de mi alma.
Las necesidades no
satisfechas de nuestra alma están detrás de mucha de la insatisfacción,
depresión, falta de sentido, estrés, vacío, que llenan muchas calles del mundo,
para lo cual se ha desarrollado un rentable negocio de paliativos, drogas,
remedios, alcohol, consumismo, tecnología, que nos aleja cada vez mas de
quienes somos, construyendo una nube espesa que cada vez aleja más la
posibilidad de ver la luz que brilla en el fondo de mi corazón, gritando,
quiero VIVIR!!!
¿Quién
quiere vivir?, el alma que habita en mí, que desea manifestar la plenitud y
toda la potencialidad de quien es. ¿Cómo respondo a esa necesidad?, ¿cómo la llevo
a la vida concreta, al día a día que vivimos
en el mundo de hoy? Simplemente tomando conciencia de qué es lo que hay detrás
de las acciones y decisiones que tomo en la vida, cómo estoy interpretando el
mundo que me rodea, con qué juicios me muevo en la vida, ¿me aportan al crecimiento,
a la exploración, evolución, a la transformación? o ¿me limitan a una mínima
expresión de la real potencialidad que tengo?. Cuántos NO PUEDO, NO SIRVO, NO
ME ATREVO, NO SOY BUENO, YA ESTOY VIEJO, etc, limitan las posibilidades de abrirme a nuevas
experiencias, descubrir un mundo de posibilidades, y me quedo encadenado a una
rutina, a una falta de entusiasmo y de sentido, por un NO PUEDO, sin siquiera
haberme atrevido a probar y……… ¿si pudiera?
Hay
un poder dentro de cada uno, un poder interior que está mucho más cerca de quienes
somos, que el simple rol con que nos movemos en la vida. Cuando tomamos conciencia
de ese poder interior nos hacemos responsables de la vida que creamos y de la
libertad de elegir que tenemos. Esa creación no se hace a través de sueños, se
hace a través de las acciones y decisiones que tomamos en la vida. ¿No es hora
de hacernos responsable de lo que pienso, de los juicios y de las emociones que
me habitan, elegidas libremente por mí? Nuestra emoción es parte crucial del
mundo que creamos y no hacernos responsables de su gestión es una expresión de
inconsecuencia e irresponsabilidad importante respecto a la realidad que queremos,
al deseo de ser feliz y el poder crear un mundo mejor para mí y los demás.
El
avance de la neurociencia, la investigación, la psicología positiva, la espiritualidad,
nos aportan hoy día mucho conocimiento, técnicas,
herramientas, que nos ayudan a ir conectando con este Poder Interior, pero
depende de nosotros ir hacia allá y dejar de elegir el camino del reclamo, la
queja, el resentimiento, la resignación, la victimización, la culpa, el pobrecito
de mí, y dar pasos responsables y concretos para alcanzar nuestra felicidad y
aportar a la de los demás.
Te
invito a ser parte de aquellos que creemos y queremos aportar a un mundo
distinto descubriendo nuestro Poder Interior y haciéndonos responsables de la
realidad que creamos.
VIVIANA
FUICA
Socia de “Puerta51Consultoría Estratégica”,
Coach Certificada, Diplomada en Psicología Positiva, Facilitadora Certificada
en la Metodología LEGO® SERIOUS PLAY®, Ingeniero Comercial UC.